La representación de realidades tiene como
punto de partida una referencia al mundo externo o al mundo interno del ser
humano. Representamos el mundo y representamos los fantasmas de la mente. A
menudo, las puertas entre exterior e interior se abren de par en par y se
produce una hibridación entre los dos mundos:
Marina Karella
En esta hibridación, aun reconocemos lo
referido pero sabemos que es sólo el pretexto para tomar contacto con un punto
de vista, con una subjetividad. La representación deja lugar a la
significación, y juntos, los dos procedimientos de generación de sentido,
pondrán las bases para crear el mundo propio de determinado individuo,
exteriorizando su imaginario.
Este proceso adquiere una fuerza y una
tensión específica cuando se opta por desarmar el mundo, interno o externo, y
re-armar un mundo alternativo, a partir de sus fragmentos. No se trata en este caso tanto de lo que el
resultado significa sino de lo que el proceso significa. Romper la realidad,
para crear una nueva que pone de manifiesto las huellas de la ruptura. En el
proceso creativo, este camino lo emprende el collage y el decollage.
El collage:
En los dos casos, los fragmentos son
visibles; aunque se trate de resaltar lo fragmentario y desarticulado de
la existencia, unida forzosamente por los proyectos de generar cohesión y
coherencia, en el caso del collage; o rasgar la aparente coherencia de la
existencia y encontrar los niveles y los signos de la desarticulación, el
impulso es el mismo: visibilizar la poca coherencia de la realidad.
Incluso cuando el collage parece asumir una
misión constructivista, la ironía y la cercanía de lo absurdo advierten sobre
el falso poder de la cohesión ( la unión formal) para dar un sentido unitario a lo
representado / significado. En esta situación ubicaríamos el trabajo de
Tadanori Yokoo, diseñador japonés:
¿Cómo interpretamos la representación y la
significación en este caso? ¿Con qué referentes trabaja ? ¿ Con qué finalidad ?