martes, 24 de abril de 2012

Las redes referenciales de la situación de lectura


Mirar una imagen provoca en la mente la actualización de signos almacenados en la memoria, los mismos que aportan sus significados a la interpretación de la imagen recién vista. Es un proceso que se inicia con la percepción y es parte del procesamiento natural de los datos identificados. Los resultados se agrupan en conceptos / marco como la contextualización analítica ( recuperación del contexto de producción de la imagen ) y contextualización proyectiva ( interpretar la información en el propio contexto de recepción del observador); la  identificación de las modalidades de  apropiación intencional y enfática  de signos para su reciclaje, como el pastiche, la clonación, la intertextualidad, la re-significación a partir de la re-textualización de la imagen . La identificación de los referentes es esencial para la interpretación de la imagen, mucho más si se trata de referentes culturales , que aportan información complementaria y capacidad de conectarse e interactuar con la memoria de cada observador.
Miren estas imágenes :




Pertenecen a un fenómeno que goza de gran atención e interés por parte del público de la Web, las Barbies de carne y hueso, una manifestación particular del fenómeno conocido como  Cosplay (la tendencia a disfrazarse de personajes de animé, manga o videojuegos)  donde la caracterización y respectivamente la referencia  a la Barbie activa los contenidos acumulados por la muñeca en su carrera exitosa: modelo y criterio para la  belleza, el  éxito, la realización glamorosa de sí misma . Para mayor información :


Como funcionamiento referencial hay una intertextualidad bien manejada, centrada en el ícono de la Barbie, pero que a la vez hace funcionar su significado y relevancia cultural.
Un espacio receptor de las manifestaciones cosplay de gran relevancia es el barrio Harajuku, de Tokio.






¿Cómo podría ser enfocado el fenómeno cosplay como situación de lectura, desde el punto de vista referencial?
Mihaela Radulescu

lunes, 16 de abril de 2012

El recorrido del sentido y las tres dimensiones de la gramática de la imagen

Miramos una imagen. ¿Que vemos ? Un conjunto de signos, ordenados de cierto modo en un espacio, cuyo marco lo separa del exterior, es decir de todo lo demás que no es el universo contenido en la imagen.  Este conjunto de signos es la base de la situación de lectura de la imagen, con la cual el observador se encuentra al mirar la imagen , que se genera a partir de su funcionamiento gramatical , que podemos abordar a través de las estructuras de la  semántica, morfosintáctica y pragmática.
Para comenzar, el observador  experimenta  efectos de percepción y comienza a desarrollar efectos de  sentido. Los  podríamos considerar en conjunto   bajo el nombre de efectos de recepción. En el proceso, identifica, comprende e  interpreta lo que ve en la imagen, lo que nos lleva finalmente  ante la resignificación de la imagen, que se da a través del  diálogo de la mente del observador con la semántica propuesta por la imagen.
Es resignificación, pues si bien el observador  se esfuerza por identificar lo que la imagen propone, y lo hace, en el sentido de que identifica los signos empleados, lo hace en función de su propio manejo de signos, y su interpretación tiene  que ver con su propia visión del mundo , con su propia cultura, memoria y modalidades de interpretación.
Los efectos de recepción incluyen este diálogo, ya que una vez que se percibe la imagen, se estructura su forma y en simultáneo su contenido, proceso propio de la lectura de signos, donde la asociación forma – contenido obliga a una percepción /comprensión /  interpretación simultánea, pues no pueden separarse los dos componentes del  signo en el acto de la recepción.
No hay de descuidar el rol de las estructuras morfosintácticas, ya que son las estructuras ordenadoras de la percepción, que ofrecen los datos necesarios para la progresión ( el enlace de los elementos de manera progresiva para la articulación de la información  )  , la coherencia ( los contactos lógicos que se establecen entre los elementos identificados, que nos llevan hacía el contenido unitario y articulado de la imagen )  y la cohesión de la imagen ( las asociaciones formales que establecen puntos de vista para la interpretación de la imagen). Su acción compositiva es la que asegura la articulación de los signos, mientras que la semántica interviene en dos grandes momentos : la identificación / comprensión / interpretación de cada signo presente en la imagen, como resultado de la selección morfológica operada por el autor de la imagen;  la interpretación del conjunto sintáctico, dotado de progresión, coherencia y cohesión como   una construcción de sentido integrada, orientada hacia la representación y significación de una realidad.  
 Porque  este proceso que es la generación de sentido en el acto de recepción, no termina con la primera etapa del contacto, la percepción / interpretación de los signos que componen la imagen, es decir con repertoriar la morfología de la imagen . En una segunda  mirada,  comienza a desarrollarse una interpretación coherente de lo percibido, primero articulando los signos de la imagen en una situación de lectura única y unitaria, luego extrapolando , tanto los elementos morfológicos como  la construcción sintáctica como unidad de sentido,   en función del contexto de la memoria del observador. Comienzan a tejerse asociaciones, a establecerse metaestructuras, es decir estructuras que incluyen la imagen recién percibida en redes de imágenes, ideas, formas. La imagen ocupa su lugar en el universo de la generación de  conocimiento.
 La imagen busca así su lugar en la memoria del observador, para poder dejar en claro su calidad de representación y significación y su capacidad de producir un cambio en la memoria / mente / identidad / actitud / acción del observador. He aquí la relevancia de la imagen. Ser un factor de cambio en la dinámica del pensamiento y del proceder del observador.  Volvemos con esto a la pragmática, que es en este caso no se refiere al contacto con la imagen sino a las consecuencias del mismo.
 La importancia de la imagen para nuestra memoria ( implicación, recordación, motivación, argumento, conocimiento  )  crece en la medida en que nos dice más de lo que se ve, es decir establece vínculos con otros signos y se apropia de sus contenidos y sentidos, que de por sí tienen importancia para nosotros.      
Observen  el funcionamiento gramatical del concepto de melancolía, a través de su morfosintaxis y de las redes referenciales en las cuales ingresa por la vía de cada signo, así como el efecto global de sentido obtenido por la acción de la progresión, coherencia y cohesión, en un célebre grabado de Durero, Melancolía I..

Alberto Durero, Melancolía I
Cada elemento ingresa en una red con múltiples contenidos. Pensemos por ejemplo en el cuadrado mágico:  en distintas combinaciones regulares de cuatro números de la tabla, estos siempre suman la constante del cuadrado ( 34 ). Hay 86 combinaciones diferentes de cuatro números en cuadrado de Durero que suma a número mágico 34. Es un cuadrado mágico gnomon. Y algo más ,  las dos cifras centrales de la última fila forman el año de la obra (1514).
El cuadrado mágico ingresa en la Numerología como un homenaje de Durero al Demiurgo, el Gran Arquitecto, que es también uno de los aspectos de la figura central de la Melencolia I, mediante la celebración de una brújula, símbolo frecuente ortodoxo incluido en los iconos que representan Cristo como Pantocrátor.
Las dimensiones del grabado de Durero son aproximadamente de 18.9 x 24.1 cm, que se acerca mucho a la proporción 11:14. Esta proporción se muy a menudo utilizó en composiciones clásicas, sobre todo porque se deriva de la relación 22:7 que se aproxima Pi = 3.14159 ... y fue conocido desde tiempos antiguos. La importancia de Pi en la composición de Melancolia I se destacó por la esfera en la esquina inferior izquierda del grabado, que es a la vez también un módulo de la composición.



Por otro lado, todas las figuras presentes tienen un simbolismo alquímico:
1. Un ángel coronado con hierbas que apoya su cabeza en una mano y sostiene un compás en la otra
2. Un ángel niño sentado sobre una piedra de molino que parece escribir en una tablilla.
3. Un poliedro irregular de gran volumen que oculta a un caldero sobre llamas.
4. Una escalera de siete peldaños.
5. Un murciélago (con el nombre de la obra).
6. Un cometa llena el cielo.
7. Objetos colgando: balanza, reloj de arena y campanilla.
8. Un perro dormido junto a una esfera, clavos, una sierra, una regla y otras herramientas de carpintero.
Para una interpretación global de las redes semánticas del cuadro, que configuran el universo de la melancolía, ver:
También :
“Ha sido objeto de más interpretaciones modernas que casi cualquier otra imagen en arte, incluyendo un libro en dos volúmenes de Peter-Klaus Schuster, y una discusión muy influyente en la monografía sobre Durero de Erwin Panofsky. La interpretación más obvia es la que entiende que esta imagen representa el estado depresivo o melancólico y de acuerdo con ello se explican varios elementos que aparecen en la imagen. La sugerencia de que forma parte de una serie de grabados que tenía planeados sobre el mismo tema no es una tesis generalmente aceptada. En lugar de ello, parece más probable que el "I" se refiera a la primera de los tres tipos de melancolía definida por el escritor humanista alemán Enrique Cornelio Agripa de Nettesheim. Sería la Melencholia Imaginativa, tipo que padecían los artistas y en la que la 'imaginación' predominaba sobre la 'mente' o la 'razón'.
Erwin Panofsky (Judío Alemán y historiador del arte) propone la interpretación más autorizada de Melencolia me Durero como el "autorretrato espiritual". Doorly Patrick ha demostrado que el grabado es muy endeudados a Platón Hippias Principales y aún más para el libro de Luca Pacioli, De Divina Proportia. John Lee ha comentado sobre el simbolismo alquímico del grabado.
La desesperanza de la figura alada ilustra a la vez los peligros y las satisfacciones de la actividad intelectual y es la imagen del espíritu creador, del hombre a solas consigo mismo. El edificio con escalera indicando que está en construcción, el problema geométrico sin resolver, Cupido sobre una rueda, el perro hidrófobo, el reloj con la arena cayendo, la balanza vacía oscilando, todo sume en desesperación a la Melancolía. Pero el tablero con el cuadrado mágico resuelto, presagia soluciones a los problemas más enredados.
La Melancolía se asocia con Saturno. Melancolía I simbolizaría la esfera intelectual dominada por el planeta Saturno, según la tradición astrológica ligado al sentimiento de la melancolía, constituyendo una conexión entre el mundo racional de las ciencias y el imaginativo de las artes. Saturno es el planeta de los creadores. Su influencia es terrible sobre el ánimo de los melancólicos, por lo que han de protegerse con talismanes astrológicos: la mala influencia se aprecia en el cometa, un fenómeno maléfico. La protección está en el cuadro mágico, conocido como la "mesa de Júpiter", cuyas cifras leídas en cualquier sentido suman 34. Además, incluyen las cifras de la muerte de la madre de Durero, Bárbara, que afectó mucho al artista (ocurrió el mismo año de 1514).”
La exploración puede continuar, al igual que la comparación con otras representaciones de la Melancolía. ¿Qué nuevos significados traerían?
Mihaela Radulescu



martes, 3 de abril de 2012

La gramática de la imagen en la cultura del contexto


El fenómeno de generación se sentido de la imagen es sistémico y cuenta con interacciones internas y externas que aseguran su inserción cultural. La cultura misma  es un conjunto de signos en interacción.  Los procesos y los resultados pueden ser enfocados  como prácticas significantes, inscritas en redes socioculturales en tanto que microsistemas. La imagen es una práctica significante. Como tal, es parte de uno o varios procesos de comunicación. Que a su vez cuentan con parámetros y se articulan en redes.
La imagen es un  macrosigno: tiene un significante y un significado que a su vez se conecta con un referente mental, asociado a un referente externo, natural y cultural. La  imagen  representa y significa; denota y connota. Es parte de un proceso de enunciación y parte de un proceso de comunicación.
La imagen se construye en base a las opciones de selección – combinación de los signos icónicos y plásticos, como parte de un proyecto discursivo y expresivo, que apunta a una acción sociocultural ( acto de conciencia, ampliación de la visión del mundo, mejora de la calidad de vida). Semióticamente hablando, cuenta con una semántica, una morfosintaxis y una pragmática; vistas en conjunto, con una gramática.
La gramática de la imagen es un conjunto de interacciones que  genera el sentido a través de una pragmática (acción de comunicación) que actualiza en el acto de recepción la semántica propuesta por la imagen y respaldada por la estructura compositiva o sintáctica. La imagen representa y significa a partir de una selección intencional de referentes,  que pasan  por la memoria del  creador de la imagen primero, luego por aquella del receptor.
El funcionamiento gramatical de la imagen asegura su desempeño como  discurso, punto de vista  culturalmente manifestado, siempre y cuando interactúe con el contexto.  La evaluación de la imagen como práctica significante puede visibilizar su articulación en el contexto o, por inmersión, puede proceder al análisis de su proceso de representación y significación, como proceso generador de identidad y sentido.
Apliquemos este enfoque  a los objetos – instalaciones de Antoni Miralda (Palacio de Cristal, Parque el Retiro, Madrid, 2010).





Mihaela Radulescu