domingo, 6 de noviembre de 2011

El punto de vista y la enunciación


Cada autor reconstruye a través de sus obras la visión del mundo que lo caracteriza. Su punto de vista es parte de la creación, aunque se realice a nivel de intencionalidad (vocación implícita de representación de la realidad) o  a nivel de intención ( vocación explícita de representación ). Como proyecto o como huellas de la personalidad de uno, la creación se genera en torno al proyecto de diálogo entre el enunciador ( el que asume el rol de creación  de la construcción de sentido ) y el enunciatario ( el que asume el rol de la recepción y la interpretación de la misma). Este diálogo se vuelve más complejo al tratarse de la ilustración de un texto, donde el ilustrador es en una primera instancia enunciatario y en la siguiente enunciador. Observemos por ejemplo el caso del álbum ilustrado “ La condesa sangrienta “.


'La Condesa Sangrienta' es una obra de Alejandra Pizarnik ( de 1971) e ilustrada por Santiago Caruso ( argentinos los dos) . Es inspirada en  Erzébet Báthory, la aristócrata húngara que torturó y asesinó a 650 jóvenes,   antes de morir en 1614. Lo hizo para usar su sangre, obsesionada con la preservación de su propia juventud y belleza.  Pizarnik inicia su obra con citas de Sade, Artaud o Sartre y desarrolla un texto secuencial basado en una visión simbólica, poética y macabra de esta historia verdadera. Caruso, autor también de las novelas gráficas  'El horror de Dunwich' y 'Don Quixote', la representa en una estética gótica, centrada en el dominio de la muerte sobre los personajes de la historia y sus acciones. El lector / observador se encuentra con la expresión de este diálogo, porque en el álbum ilustrado el texto y la imagen  colaboran, para una representación que se alimenta por igual de los dos recursos, para imponer su perspectiva simbólica, donde la muerte es el horizonte en el cual se desarrolla una especie de danza ritual en que todos los personajes quedan atrapados. En nuestro mismo acto de interpretación se activan referencias extendidas a la historia misma, al vampirismo, a la estética gótica, al simbolismo de la muerte. De esta manera la enunciación sigue como proceso abierto, donde cada lector / observador participará como co-enunciador de la obra con la cual establece una relación de interpretación.  






Para profundizar en el diálogo entre el texto original y la ilustración, aquí está un fragmento del texto de Alejandra Pizarnik.

“ Había en Nüremberg un famoso autómata llamado la "Virgen de Hierro". La condesa Báthory adquirió una réplica para la sala de torturas de su castillo de Csejthe. Esta dama metálica era del tamaño y del color de la criatura humana. Desnuda, maquillada, enjoyada, con rubios cabellos que llegaban al suelo, un mecanismo permitía que sus labios se abrieran en una sonrisa, que los ojos se movieran.                         
La condesa, sentada en su trono, contempla. 
Para que la "Virgen" entre en acción es preciso tocar algunas piedras preciosas de su collar. Responde inmediatamente con horribles sonidos mecánicos y muy lentamente alza los blancos brazos para que se cierren en perfecto abrazo sobre lo que esté cerca de ella --en este caso una muchacha. La autómata la abraza y ya nadie podrá desanudar el cuerpo vivo del cuerpo de hierro, ambos iguales en belleza. De pronto, los senos maquillados de la dama de hierro se abren y aparecen cinco puñales que atraviesan a su viviente compañera de largos cabellos sueltos como los suyos. 
Ya consumado el sacrificio, se toca otra piedra del collar: los brazos caen, la sonrisa se cierra así como los ojos, y la asesina vuelve a ser la "Virgen" inmóvil en su féretro.

Esta escena me llevó a pensar en la Muerte --la de las viejas alegorías; la protagonista de la Danza de la Muerte. Desnudar es propio de la Muerte. También lo es la incesante contemplación de las criaturas por ella desposeídas. Pero hay más: el desfallecimiento sexual nos obliga a gestos y expresiones del morir (jadeos y estertores como de agonía; lamentos y quejidos arrancados por el paroxismo). Si el acto sexual implica una suerte de muerte, Erzébet Báthory necesitaba de la muerte visible, elemental, grosera, para poder, a su vez, morir de esa muerte figurada que viene a ser el orgasmo. Pero, ¿quién es la Muerte? Es la Dama que asola y agosta cómo y dónde quiere. Sí, y además es una definición posible de la condesa Báthory. Nunca nadie no quiso de tal modo envejecer, esto es: morir. Por eso, tal vez, representaba y encarnaba a la Muerte. Porque, ¿cómo ha de morir la Muerte? 
Volvemos a las costureritas y a las sirvientas. Si Erzébet amanecía irascible, no se conformaba con cuadros vivos, sino que: 
A la que había robado una moneda le pagaba con la misma moneda... enrojecida al fuego, que la niña debía apretar dentro de su mano. 
A la que había conversado mucho en horas de trabajo, la misma condesa le cosía la boca o, contrariamente, le abría la boca y tiraba hasta que los labios se desgarraban. 
También empleaba el atizador, con el que quemaba, al azar, mejillas, senos, lenguas... 
Cuando los castigos eran ejecutados en el aposento de Erzébet, se hacía necesario, por la noche, esparcir grandes cantidades de ceniza en derredor del lecho para que la noble dama atravesara sin dificultad las vastas charcas de sangre.”



Alejandra Pizarnik, de La condesa sangrienta, 1971


Pero para comprender la enunciación desde el punto de vista del enunciador, esto no es suficiente. Habría que buscar referentes en la visión de A.P. Como por ejemplo, en sus pinturas y dibujos:



O en sus poemas:


Balada de la piedra que llora




la muerte se muere de risa pero la vida

se muere de llanto pero la muerte pero la vida

pero nada nada nada


Fiesta en el vacío



Como el viento sin alas encerrado en mis ojos

es la llamada de la muerte.

Sólo un ángel me enlazará al sol.

Dónde el ángel,

dónde su palabra.

Oh perforar con vino la suave necesidad de ser.

La única herida



¿Qué bestia caída de pasmo

se arrastra por mi sangre

 y quiere salvarse?

 He aquí lo difícil: caminar por las calles

y señalar el cielo o la tierra.


Continuidad




No nombrar las cosas por sus nombres. Las cosas tienen bordes dentados, vegetación lujuriosa. Pero quién habla en la habitación llena de ojos. Quién dentellea con una boca de papel. Nombres que vienen, sombras con máscaras. Cúrame del vacío —dije. (La luz se amaba en mi oscuridad. Supe que no había cuando me encontré diciendo: soy yo.) Cúrame —dije.



En la otra madrugada



Veo crecer hasta mis ojos figuras de silencio y desesperadas. Escucho grises, densas voces en el antiguo lugar del corazón.



Cold in hand blues

y qué es lo que vas a decir
voy a decir solamente algo
y qué es lo que vas a hacer
voy a ocultarme en el lenguaje
y por qué
tengo miedo




En este contexto, la visión de la muerte como horizonte imperante se define como destino. ¿ Cómo interviene en esta visión el lenguaje de la ilustración ?




4 comentarios:

  1. En las ilustraciones de Caruso, vemos como hace uso de elementos causales o presagiantes de la muerte dentro del imaginario colectivo, para connotarnos un destino final del cual sus víctimas no tiene escapatoria, que es la visión justamente de la autora. Así, por ejemplo, tenemos en la representación de la condensa con mano en el pecho, una piel con rastros muy similares a lo que generaría la sequía en la tierra. Estas grietas dispuestas alrededor de su cuerpo seguramente fueron utilizadas para representar a la vejez de la que se está haciendo próxima la condesa, mas no olvidemos que la sequía implica una muerte anunciada e irreversible de la vida en una zona vuelta infértil e inhabitable.

    Seguimos en la ilustración de al lado y vemos como aparece la figura del verdugo, relacionada íntimamente con la muerte. Estas figuras encapuchadas que bailan detrás de la condensa, nos anuncian el fin de los condenadas féminas que los acompañan en la danza y de cuyas muertes estos serán participes. El verdugo es un condenado a la labor de condenar y su sólo presencia en escena denota el fin irremediable.

    De la misma manera funcionan de enunciadores de una muerte cercana los elementos cráneo o calavera, el cuervo y el cangrejo, asociado con el cáncer (considerada muchas veces enfermedad terminal). Y todo esto, claro, acompañado por un gama cromática limitada al blanco, negro (de modo imperante), y al rojo (propia de la sangre derramada). El negro como bien sabemos, es múltiplemente asociado al luto y muy probable motivo de la relación del cuervo con la muerte, al estar este animalito vestido eternamente de la oscuridad. Sin embargo, la figura del dragón dentro de las representaciones de Caruso se me hace peculiar. Como enunciador de la muerte, podríamos relacionarlo con su par análogo dentro de los relatos apocalípticos de la biblia, es decir como criatura del final de los tiempos. Mas esta figura no se queda simplemente ahí, el dragón representa al ego humano como monstruo ocasionado por ejercerse la voluntad propia sin pensar en consecuencias. Es una figura poderosa que encarna una amenaza a la vida, con lo que podríamos hacer una analogía con la condesa y el proceso de desnaturalización que ella se ha ocasionada, zambullida en su ambición por la juventud eterna. Para más información de la figura simbólica del dragón pueden visitar el siguiente link: http://www.temakel.com/simbolismodragon.htm.

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  2. En estas ilustraciones, apela a elementos icónicos y plásticos. Icónicos, de modo que utiliza elementos de la realidad como las mujeres desnudas y partes del cuerpo. Asimismo, apela a elementos simbólicos como el de la muerte, la araña, el dragón, el cuervo, la novia (“pura y casta” que es la dama). En el caso de elementos plásticos, hace uso de la forma, color, textura. En el caso, de color apela al color rojo y grises; en el de forma, envolventes, inorgánicas para dar dinamismo y dramatismo, además de algunas diagonales y en menor grado, ortogonales. En lo que textura refiere, en la generada por las hojas, ropa, músculos, manto de la muerte, vagina. Por otro lado, construye una estructura en la imagen, de modo que genera los siguientes efectos, estos son los siguientes:
    Efecto de percepción: Llama la atención a través del color (rojo, gris, negro), composición (forma, color, textura, espacios, tamaños) y de los referentes ( intertexto expresivo en los elementos simbólicos anteriormente mencionados)
    Efecto cognitivo: Relación del ritual de la muerte con mujer pura y joven.
    Efecto emotivo: Genera las sensaciones de muerte, morbo, perversión, obscenidad.
    De modo que con el aporte de todos elementos y la manera en que se ha decido construir la imagen, generan y crean una significación, las cuales también presentan un aporte del observador (enunciatario y co-enunciador a la vez).

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  3. El lenguaje usado por Caruso, el ilustrador, debe ir acorde con lo crudo y lo sanguinario del texto, por lo que hace uso únicamente del claroscuro en blanco y negro, para remarcar la oscuridad, lo incoloro, la falta de vida, lo fúnebre de la escena; y del color rojo, para representar lo visceral, la crudeza, lo sangriento, la ira, la fuerza, lo instintivo que caracteriza a las acciones realizadas en la narración.

    La muerte está presente en la ilustración en la misma medida que en el texto, todos los personajes están relacionados o afectados por ella y la condesa parece personificarla, pues su presencia es imponente, perturbadora y misteriosa, incluso en una escena se ve como secuencialmente se va desollando a las jóvenes, y la condesa se encuentra en el extremo del recuadro como si el resto de la escena es lo que ella ha dejado a su paso. La simbología de los personajes es propia de los augurios de muerte como el cuervo y el verdugo o de fiereza como el lobo. En contraste, aparecen las delicadas figuras femeninas, pálidas, desnudas, vulnerables y a punto de perder su carácter jovial y floreciente (representado por la rosa que sale de su vientre).

    La masacre, la apropiación de la vitalidad, de la juventud, lo sórdido del relato, lo pulsional y obsesivo del personaje de la condesa; todo queda exitosamente plasmado en las formas, los colores, el tratamiento, la simbología y la composición. Incluso, lo sexual está bastante presente, como en esta imagen (más abajo) que a primera vista evoca a la anatomía femenina; pero siempre relacionada a la sangre y la muerte.

    http://3.bp.blogspot.com/_fdzKy-nyLQs/TRPRtwleRhI/AAAAAAAAADc/cugWQfTBLM8/s1600/Santiago+Caruso+-La+Condesa+Sangrienta+-+3-+2009.jpg

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  4. Sin duda, es interesante observar como es que el contenido que el autor trata de transmitir llega a su público no solo a través de texto que describe todo el universo, sino también se apoya en un material audiovisual que podría contar la misma historia sin el soporte escrito.

    Entemos que se trata de un personaje siniestro, cuya adicción además de ser escalofriante llega hasta ser enferemiz; no obstante, también notamos cómo es que este personaje llega a ser limpio, pulcro y cuidados con sus quehaceres cotidianos. Es así que todas estas características las podemos ver en las ilustraciones de Caruso.

    Sin duda, es un ejemplo al considerar para todo tipo de tarea en la que el diseño nace a partir de una historia.

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