Miramos una imagen. ¿Que vemos ? Un conjunto
de signos, ordenados de cierto modo en un espacio, cuyo marco lo separa del
exterior, es decir de todo lo demás que no es el universo contenido en la
imagen. Este conjunto de signos es
la base de la situación de lectura de la imagen, con la cual el observador se
encuentra al mirar la imagen , que se genera a partir de su funcionamiento
gramatical , que podemos abordar a través de las estructuras de la semántica, morfosintáctica y pragmática.
Para comenzar, el observador experimenta efectos de percepción y comienza a desarrollar efectos de sentido. Los podríamos considerar en conjunto bajo el nombre de efectos de recepción. En el proceso,
identifica, comprende e interpreta
lo que ve en la imagen, lo que nos lleva finalmente ante la resignificación de la imagen, que se da a través del
diálogo de la mente del observador
con la semántica propuesta por la imagen.
Es resignificación, pues si bien el observador
se esfuerza por identificar lo que
la imagen propone, y lo hace, en el sentido de que identifica los signos
empleados, lo hace en función de su propio manejo de signos, y su
interpretación tiene que ver con
su propia visión del mundo , con su propia cultura, memoria y modalidades de
interpretación.
Los efectos de recepción incluyen este
diálogo, ya que una vez que se percibe la imagen, se estructura su forma y en
simultáneo su contenido, proceso propio de la lectura de signos, donde la
asociación forma – contenido obliga a una percepción /comprensión / interpretación simultánea, pues no
pueden separarse los dos componentes del
signo en el acto de la recepción.
No hay de descuidar el rol de las estructuras
morfosintácticas, ya que son las estructuras ordenadoras de la percepción, que
ofrecen los datos necesarios para la progresión ( el enlace de los elementos de
manera progresiva para la articulación de la información )
, la coherencia ( los contactos lógicos que se establecen entre los
elementos identificados, que nos llevan hacía el contenido unitario y
articulado de la imagen ) y la
cohesión de la imagen ( las asociaciones formales que establecen puntos de
vista para la interpretación de la imagen). Su acción compositiva es la que
asegura la articulación de los signos, mientras que la semántica interviene en
dos grandes momentos : la identificación / comprensión / interpretación de cada
signo presente en la imagen, como resultado de la selección morfológica operada
por el autor de la imagen; la
interpretación del conjunto sintáctico, dotado de progresión, coherencia y
cohesión como una
construcción de sentido integrada, orientada hacia la representación y
significación de una realidad.
Porque
este proceso que es la generación
de sentido en el acto de recepción, no termina con la primera etapa del
contacto, la percepción / interpretación de los signos que componen la imagen,
es decir con repertoriar la morfología de la imagen . En una segunda mirada, comienza a desarrollarse una interpretación coherente de lo
percibido, primero articulando los signos de la imagen en una situación de
lectura única y unitaria, luego extrapolando , tanto los elementos morfológicos
como la construcción sintáctica
como unidad de sentido, en función del contexto de la memoria
del observador. Comienzan a tejerse asociaciones, a establecerse
metaestructuras, es decir estructuras que incluyen la imagen recién percibida
en redes de imágenes, ideas, formas. La imagen ocupa su lugar en el universo de
la generación de conocimiento.
La imagen busca así su lugar en la memoria del observador,
para poder dejar en claro su calidad de representación y significación y su
capacidad de producir un cambio en la memoria / mente / identidad / actitud /
acción del observador. He aquí la relevancia de la imagen. Ser un factor de
cambio en la dinámica del pensamiento y del proceder del observador. Volvemos con esto a la pragmática, que
es en este caso no se refiere al contacto con la imagen sino a las
consecuencias del mismo.
La importancia de la imagen para nuestra memoria (
implicación, recordación, motivación, argumento, conocimiento ) crece en la medida en que nos dice más de lo que se ve, es
decir establece vínculos con otros signos y se apropia de sus contenidos y
sentidos, que de por sí tienen importancia para nosotros.
Observen el funcionamiento gramatical del concepto de melancolía, a
través de su morfosintaxis y de las redes referenciales en las cuales ingresa
por la vía de cada signo, así como el efecto global de sentido obtenido por la
acción de la progresión, coherencia y cohesión, en un célebre grabado de
Durero, Melancolía I..
Alberto Durero, Melancolía I
Cada elemento ingresa en una red con múltiples
contenidos. Pensemos por ejemplo en el cuadrado mágico: en distintas combinaciones regulares
de cuatro números de la tabla, estos siempre suman la constante del cuadrado (
34 ). Hay 86 combinaciones diferentes de cuatro números en cuadrado de Durero
que suma a número mágico 34. Es un cuadrado mágico gnomon. Y algo más , las dos cifras centrales de la última
fila forman el año de la obra (1514).
El cuadrado mágico
ingresa en la Numerología como un homenaje de Durero al Demiurgo, el Gran Arquitecto, que
es también uno de los aspectos de la figura central de la Melencolia I,
mediante la celebración de una brújula, símbolo frecuente ortodoxo incluido en
los iconos que representan Cristo como Pantocrátor.
Las dimensiones
del grabado de Durero son aproximadamente de 18.9 x 24.1 cm, que se
acerca mucho a la proporción 11:14. Esta proporción se muy a menudo utilizó en
composiciones clásicas, sobre todo porque se deriva de la relación 22:7 que se
aproxima Pi = 3.14159 ... y fue conocido desde tiempos antiguos. La importancia
de Pi en la composición de Melancolia I se destacó por la esfera en la esquina
inferior izquierda del grabado, que es a la vez también un módulo de la
composición.
Por otro lado, todas
las figuras presentes tienen un simbolismo alquímico:
1. Un ángel coronado
con hierbas que apoya su cabeza en una mano y sostiene un compás en la otra
2. Un ángel niño
sentado sobre una piedra de molino que parece escribir en una tablilla.
3. Un poliedro
irregular de gran volumen que oculta a un caldero sobre llamas.
4. Una escalera de
siete peldaños.
5. Un murciélago
(con el nombre de la obra).
6. Un cometa llena
el cielo.
7. Objetos colgando:
balanza, reloj de arena y campanilla.
8. Un perro dormido
junto a una esfera, clavos, una sierra, una regla y otras herramientas de
carpintero.
Para una interpretación global
de las redes semánticas del cuadro, que configuran el universo de la
melancolía, ver:
También :
“Ha sido objeto
de más interpretaciones modernas que casi cualquier otra imagen en arte,
incluyendo un libro en dos volúmenes de Peter-Klaus Schuster, y una discusión
muy influyente en la monografía sobre Durero de Erwin Panofsky. La interpretación
más obvia es la que entiende que esta imagen representa el estado depresivo o
melancólico y de acuerdo con ello se explican varios elementos que aparecen en
la imagen. La sugerencia de que forma parte de una serie de grabados que tenía
planeados sobre el mismo tema no es una tesis generalmente aceptada. En lugar
de ello, parece más probable que el "I" se refiera a la primera de
los tres tipos de melancolía definida por el escritor humanista alemán Enrique
Cornelio Agripa de Nettesheim. Sería la Melencholia Imaginativa, tipo que
padecían los artistas y en la que la 'imaginación' predominaba sobre la 'mente'
o la 'razón'.
Erwin Panofsky (Judío Alemán y historiador del arte)
propone la interpretación más autorizada de Melencolia me Durero como el
"autorretrato espiritual". Doorly Patrick ha demostrado que el
grabado es muy endeudados a Platón Hippias Principales y aún más para el libro
de Luca Pacioli, De Divina Proportia. John Lee ha comentado sobre
el simbolismo alquímico del grabado.
La desesperanza
de la figura alada ilustra a la vez los peligros y las satisfacciones de la
actividad intelectual y es la imagen del espíritu creador, del hombre a solas
consigo mismo. El edificio con escalera indicando que está en construcción, el
problema geométrico sin resolver, Cupido sobre una rueda, el perro hidrófobo,
el reloj con la arena cayendo, la balanza vacía oscilando, todo sume en
desesperación a la Melancolía. Pero el tablero con el cuadrado mágico resuelto,
presagia soluciones a los problemas más enredados.
La Melancolía se
asocia con Saturno. Melancolía I simbolizaría la esfera intelectual dominada
por el planeta Saturno, según la tradición astrológica ligado al sentimiento de
la melancolía, constituyendo una conexión entre el mundo racional de las
ciencias y el imaginativo de las artes. Saturno es el planeta de los creadores.
Su influencia es terrible sobre el ánimo de los melancólicos, por lo que han de
protegerse con talismanes astrológicos: la mala influencia se aprecia en el
cometa, un fenómeno maléfico. La protección está en el cuadro mágico, conocido
como la "mesa de Júpiter", cuyas cifras leídas en cualquier sentido
suman 34. Además, incluyen las cifras de la muerte de la madre de Durero, Bárbara,
que afectó mucho al artista (ocurrió el mismo año de 1514).”
La exploración
puede continuar, al igual que la comparación con otras representaciones de la
Melancolía. ¿Qué nuevos significados traerían?
Mihaela Radulescu