La imagen debe interactuar con el imaginario colectivo para poder funcionar
como acto comunicativo, sustentado en una intención y un proyecto. Con este
fin, genera un discurso, una construcción de sentido, estratégica,
contextualizada y dialógica, donde los signos actualizan referentes, a la vez
que apelan a estéticas y valores. Observemos cómo se genera este discurso en
los afiches del festival de cine fantástico de Strasbourg, a partir de la
selección y combinación de referentes conocidos por el público.
A través de sus lazos contextuales, las imágenes generan en la mente de los
observadores discursos sobre las películas del festival. Para ello, juntan y
articulan signos, los compone y los propone en los afiches en una lectura en la
cual el observador puede relacionar lo que ve con lo que sabe y así desarrollar
una visión en cuanto a las películas que podrá ver.
Los efectos de sentido de una imagen
proporcionan por tanto lo necesario para la comprensión y la interpretación del
mensaje, articulando la imagen con determinado contexto, en este caso el
universo ficcional creado por las películas fantásticas. Por otro lado, es
evidente que el observador debe estar
dispuesto al esfuerzo de generar la asociación entre los signos, a partir de la
comprensión de la tipificación simbólica de su construcción. Es así como la representación
de una realidad, asumida por una imagen, resulta ser también una construcción
tentativa de signos de provocación que obligan al observador a participar
sustantivamente en la generación de sentido, es decir en la lectura
interpretativa de la imagen.
.
Contenidos y formas convergen para llevar adelante esta intención comunicativa, traducida en la construcción estratégica de la imagen.
Contenidos y formas convergen para llevar adelante esta intención comunicativa, traducida en la construcción estratégica de la imagen.
La realización estética de la imagen gráfica
tiene un gran rol en el impacto comunicacional; apela a la percepción y a la
participación emocional del observador.
Para generar
sentido, la imagen dispone de una estructura narrativa, una discursiva y una
expresiva, que interactúan y se sostienen recíprocamente. Si profundizamos en
la estructura discursiva encontraremos un concepto y una red de relaciones, que
no sólo hacen de la imagen una construcción con sentido, forma y acción
comunicativa, sino también la vinculan al imaginario humano y cultural, así
como a diferentes contextos: al contexto histórico, geográfico, artístico,
cultural, social, etc. El resultado es justamente este discurso que nos propone
un diálogo y un acto de interpretación.
De manera sintética, el discurso del afiche debe introducirnos en la unidad
estructural funcional de este universo.
El fenómeno de generación de sentido de la imagen es sistémico y cuenta con
interacciones internas y externas para su funcionamiento en la lectura del
observador. La cultura misma es un
conjunto de signos en interacción. Los
procesos y los resultados de la comunicación visual pueden ser enfocados como prácticas significantes. La imagen del
afiche es una práctica significante que funciona como discurso en el acto de
lectura.
Si queremos
profundizar en sus interacciones internas, hay que enfocar la imagen como un macrosigno: tiene un significante y un
significado que a su vez se conecta con un referente mental, asociado a un
referente externo, natural y cultural. La
imagen representa y significa;
denota y connota. Es parte de un proceso de enunciación y parte de un proceso
de comunicación. Observen cómo funciona la connotación a partir del uso
cromático del rojo y negro. Se dramatiza y se carga de energía y peligro un
conjunto de signos cuya referencia primaria no remitía al terror: árboles y una
casa( cine). No obstante, por la sintaxis de los signos emerge un signo más,
una calavera. De este modo, el discurso sugiere dos niveles de realidad, cuyo
centro es la casa – cine. El significado se impone: el cine nos hace ver y
vivir esta segunda realidad, la realidad fantástica.
Concluyendo,
podemos decir que la imagen se construye en base a las opciones de selección –
combinación de los signos icónicos y plásticos, como parte de un proyecto discursivo
y expresivo. Semióticamente hablando, cuenta con una semántica, una
morfosintaxis y una pragmática; vistas en conjunto, con una gramática.
La gramática de
la imagen es un conjunto de interacciones que
genera el sentido a través de una pragmática (acción de comunicación)
que actualiza en el acto de recepción la semántica propuesta por la imagen y
respaldada por la estructura compositiva o sintáctica. La imagen representa y
significa a partir de una selección intencional de referentes, que pasan
por la memoria del creador de la
imagen primero, luego por aquella del receptor.
El
funcionamiento gramatical de la imagen asegura su desempeño como discurso, punto de vista culturalmente manifestado, siempre y cuando
interactúe con el contexto. La
evaluación de la imagen como práctica significante puede visibilizar su
articulación en el contexto o, por inmersión, puede proceder al análisis de su
proceso de representación y significación, como proceso generador de identidad
y sentido.
¿Cómo funciona
el discurso de la imagen en los siguientes afiches de otro festival de cine
fantástico, de Sitges, Cataluña ?¿ Qué
diferencias hay en cuanto a la personalidad del festival, tal como los afiches
lo expresan? El análisis
semiótico de la gramática de sus imágenes pone de manifiesto a nivel semántico
el uso de referentes. La intertextualidad creada a través del uso de referentes
estéticos y comunicativos sustenta el reconocimiento del carácter del festival.
Pero, cuáles son sus estrategias?
Mihaela Radulescu/26 .08.14