Barbie no es
sólo una muñeca y mucho menos sólo un
juguete: es un ícono del siglo XX, buen instalado en el imaginario popular como un simulacro de existencia perfecta, en sus varias
posibilidades, un simulacro que no admite imposibles y que se asocia a las
aspiraciones de ser o llegar a ser. Más allá de la función lúdica o recreativa,
los juguetes pueden ingresar en la construcción de identidades con referencias
y valores.
Fue objeto de
deseo y adquisición de varias generaciones, fetiche de coleccionistas y
diseñadores y motivo de numerosos estudios.
Su época de máximo éxito se dio en las últimas dos décadas del siglo
XX ; para Mattel, la franquicia Barbie llegó
a significar la tercera parte de sus entradas globales.
Barbie propone
un estilo de vida con varios fundamentos: la existencia como juego; la
imaginación de la realidad perfecta; la representación de los anhelos y su
inserción en la realidad; la construcción de la apariencia como proyecto de
vida.
“No es sólo el juguete más popular de la
Historia -señala el documental Barbie Nation: An Unauthorized Tour- sino un
examen de Roschard por sí misma, que revela actitudes relativas a lo sexual,
imagen corporal, roles de género y creatividad”.
Eduardo Ávila,
coleccionista y especialista, afirma: “En Barbie se han proyectado los deseos e
ideas de las niñas que han jugado con ella por generaciones. Ha experimentado
cambios, se ha transformado de manera simultánea al mundo; ha sido pretexto
para analizar inquietudes y problemáticas siempre presentes”.
Un poco de historia
·
LA CREACIÓN : “ Fue concebida
en 1959 por Ruth Handler (esposa de un empresario juguetero) tras un viaje a
Alemania. El ancestro directo de Barbie fue Bild Lilli, una muñeca alemana que
representaba al personaje de un cómic: una prostituta. Básicamente era un
juguete para adultos, se vendía en tabernas y tabaquerías. Aun así, la
existencia de Lilli es circunstancial, pues sólo sirvió como base del diseño. Y
si bien es verdad que no fue deliberado, el tema sexual sí se posó entre las
polémicas iniciales. El tamaño de los senos de la primera Barbie escandalizó a
los padres de familia en 1959. Ya en los sesenta, en medio de diversas
transformaciones culturales en Norteamérica, no pocos papás consideraron dañina
la posibilidad de que al jugar con Barbie sus hijas se identificaran con el rol
adulto y adoptaran una conducta precoz. El Sociólogo Daniel Juárez,
especialista en historia de la cultura, afirma que el tema sexual era inherente
a la época en cuestión, en diversos sentidos, primero por la revolución sexual
de los sesenta que no sólo se centró en el tratamiento de salud reproductiva y
redefinición moral, sino en términos de rol de género. Es decir, fue un periodo
en el que se originó una nueva concepción activa y amplia respecto de la
posición de la mujer en las sociedades modernas. En tal contexto es
comprensible que Barbie haya sido insertada en discusiones de este tipo y más
aún, es también natural su creación en un momento en el que tales temas estaban
en el tintero.”
·
LA EMPRESA: Mattel, la empresa de Handler,
modificó patrones de la muñeca, que entró, sin habérselo propuesto, en las grandes discusiones femeninas del siglo
XX. Además, Mattel adquirió los derechos
de Bild Lilli para desaparecerla.
·
EL CUERPO: “ La polémica más
recurrente en la que ha estado involucrada Barbie se refiere a su constitución
corporal, su idea implícita de culto a la imagen y el efecto que esto podría
provocar en quienes jugaran con ella. A la fecha el debate continúa, pero con
matices. Para muchos es exagerado y reduccionista culparla como causa de
desórdenes alimenticios, falsa apreciación corporal y problemas de autoestima.
El tema es ya un lugar común y un estigma sobre la muñeca. Hay hechos
indudables sobre este tópico, íntimamente ligados al origen mismo de Barbie. La
mayor controversia se dio con dos modelos de 1963, la Baby-Sits y la Slumber
Party, que incluían un minilibro titulado How to lose weight (cómo perder
peso), en cuya contraportada se leía la frase Don’t eat! (¡no comas!). Investigaciones
diversas llegaron a conclusiones similares: que las proporciones físicas de
Barbie eran exageradamente delgadas; que eran poco saludables (en 1964 la
Universidad del Hospital Central en Helsinki señaló que alguien con sus medidas
carecería de entre el 17 y el 22 por ciento de la grasa corporal necesaria para
menstruar); en resumen, que distorsionaban la realidad sobre la
apariencia.Mattel escuchó y ajustó su patrón de diseño. A partir de 1997 se
llegó a un estándar de medidas corporales que respondieron a una figura
‘saludable’: la línea Belly Button. Sin embargo la empresa no dejó de producir
muñecas ‘famélicas’, hecho que han justificado como una diversificación del
mercado. Existen varias ediciones que no son precisamente para niñas, sino para
el coleccionista adulto. Por ejemplo las Barbie Collector (que incluyen
réplicas de cantantes, actores, personajes de series de TV); las Model Muse
(que utilizan el prototipo de las modelos profesionales y son mucho más
delgadas que las muñecas regulares) o el modelo Tokidoki (una Barbie tatuada).”
·
LA IDENTIDAD:” Una publicitada
discusión fue la causada por la constitución caucásica de Barbie, aún en sus
versiones pelirroja y castaña. En los primeros años esa poca diversidad étnica
se interpretó como un ánimo segregacionista e incluso un reforzamiento de los
valores WASP. La obvia corrección fue el lanzamiento de Francie en 1967, de tez
oscura... y rasgos caucásicos. Al año siguiente se presentó Christie, de piel
oscura y facciones afroamericanas, con la que se apaciguó la crítica. Igualmente
debatible fue la apertura de la compañía a lanzar una muñeca con alguna
discapacidad física, bajo el argumento de que no habían considerado a ese
sector de la población. Share a Smile Becky, en silla de ruedas, fue la
solución, pero pronto recibió un reproche: una joven hizo notar que la silla no
cabía en los pasillos y elevadores de las mansiones de Barbie. La
contrarrespuesta fue la promesa de que las casas serían rediseñadas en el
futuro, con rampas y accesos amplios. En
1992 el modelo Teen Talk Barbie fue juzgado por albergar casi 300 frases al
estilo de “vamos a comprar ropa” o “las matemáticas son difíciles”. Ante la
crítica relacionada con la proyección del arquetipo bimbo (modismo para ‘rubia
boba’), Mattel ofreció el mismo año una Barbie candidata presidencial.”
Barbie en la cultura pop
Adrienne
Fontanella, jefa de la división Mattel para niñas, afirmó alguna vez que “el
secreto de la juventud de Barbie es la reinvención. La genialidad de la marca
radica en que Barbie es un reflejo de sus épocas”. Representa por ende, la
adaptación a las tendencias del momento, enfatizándolas para sobresalir, con
ánimo de juego e imaginación. Promueve el consumo no sólo por el deseo de
adquirir las muñecas, con sus diferentes roles en función de circunstancias,
sino también de todos los elementos que confirman su mundo: su casa, su carro,
los accesorios, promoviendo la idea de acumulación como signo y sustento de la
realización.
Por otro lado,
como fenómeno cultural promueve un modelo de presencia y estilo de vida e
incentiva la fabulación. La cultura y el arte pop la han incluido entre sus
íconos más preciados.
El retrato que
realizó Andy Warhol en 1985:
Chris Jordan
produjo en los noventa una popular serie fotográfica, Barbie Dolls, que
mostraba mosaicos hechos con muñecas:
La serie de
fotografías Barbie de David Levinthal:
Peter Max, uno
de los pioneros del arte psicodélico, pintó en 1994 su Futuristic Barbie:
Desde 1989, Carol Peligian ha dedicado parte de su trabajo
gráfico a Barbie, en especial sobre los
diseños de los sesenta, como en la serie Icon ( retratos de la primera muñeca).
Mattel tiene una
Mansión de Barbie en Malibú, un museo del ícono, que puso en venta en 2013 y
cuyas miniaturas se están vendiendo.
Otros artistas
crearon sus Barbies con un enfoque paródico.
Saint Barbie (1994) de Mark Ryden:
The Colossus of
Barbie, del arquitecto Robert Stern, que realiza una proyección faraónica de
Barbie:
Simon Tyszko, la
Suicide Bomber Barbie :
Banksy:
Es innegable la
expansión comercial y cultural de Barbie, así como el hecho de que se ha
trasformado en un referente cultural central para proyectos de intertextualidad
y reciclaje:
Por otro lado, Mattel ha generado líneas exclusivas en las
que han participado importantes diseñadores, como Vera Wang, Bob Mackie,
Christian Dior o Calvin Klein. De hecho, 70 diseñadores de alta costura han
creado outfits para Barbie.
Vera Wang,
diseñadora de vestidos de novias:
Robert Gordon ,
conocido como Bob Mackie, es un
diseñador de moda norteamericano que trabajó para la industria del espectáculo
; entre sus proyectos más interesantes, está la amplia colección de vestuario
para las muñecas Barbie.
Calvin Klein:
Christian Dior:
Podríamos
finalmente preguntar ¿ Es Barbie uno de los íconos que configura la
globalización cultural ?
Mihaela
Radulescu/19 de agosto del 2013